Allí se descubre la vida del criancero de ganadería menor y algunos vacunos, la cultura del gaucho cuyano. A media mañana, el desayuno se sirve en el puesto El Tropezón. Luego la pampa de las cortaderas indica el ingreso a una geografía particular y el camino que parece conducir a la nada misma, accidentada por las quebradas de los arroyos Hondo, La Faja y Carrizalito. Ya en el paraje de La Jaula es hora de almorzar. La mesa se tiende en la escuela albergue.