En 1965 uno de tantos aludes terminó con el sueño de mantener el hotel termal en Puente del Inca. El hotel había sido desde 1925 espacio de retiro y esparcimiento para las altas personalidades de la época, que buscaban en sus aguas termales, disponibles en cada habitación, un descanso y relax a sus quehaceres cotidianos. El imponente Ferrocarril Trasandino tenía una estación frente a las instalaciones del hotel, a la cual se llegaba desde Mendoza luego de túneles, montañas, viaductos y paisajes increíbles. Aquel alud de 1965 no pudo sin embargo con la Capilla de estilo colonial, pequeña y construida a principios de siglo. Un primer alud se apoyó sobre las paredes de la capilla y sirvió de resguardo para el mucho mas potente segundo alud, que arrasó con las instalaciones del hotel y el techo de la capilla. Reparada por el ejército siguió en actividad hasta el año 2005.