La capilla del Rosario de las lagunas, construida en 1609, de ramazones y palos, por las manos de los primeros Jesuitas y aborígenes, resistió dos terremotos y fue reconstruida por anónimos seres, cuyos nombres devoro el tiempo. Hoy como siempre en este histórico monumento, se celebra la 107 fiesta en honor a la Virgen del Rosario, el segundo fin de semana de octubre.